En Argentina todo es a lo grande: sus habitantes son apasionados, sus ciudades se extienden a lo ancho y largo y sus paisajes gigantescos de los que quitan el hipo. Un viaje organizado a Argentina y Patagonia es disfrutar de parajes que sin duda no te dejarán indiferente y que sin duda configuran uno de los lugares mayúsculos y más bellos de este planeta, ¿quieres descubrirlos?
Imagen: imagenesde.com
Buenos Aires: una capital en mayúsculas
El ejemplo de que allí en Argentina todo es y se vive a lo grande lo vemos en su capital. Nada más aterrizar en su aeropuerto e introducirnos rumbo a Buenos Aires nos toparemos con entradas por autopista que acumulan hasta 30 y más carriles y que nos desembocarán en la avenida más ancha del mundo: la del 9 de julio.
Sólo tenemos que situarnos bajo el Obelisco que la preside y mirar a nuestro alrededor para sentirnos realmente pequeños, más aún si nos mezclamos con el ambiente de euforia que se vive en la Bombonera (estadio del Boca Juniors) o paseamos por los increíbles mausoleos del cementerio de la Recoleta.
Perito Moreno y Calafate: el escenario más hermoso del mundo
… O uno de ellos sin duda, por no desmerecer otras localizaciones. Lo que sí es seguro es que debemos estar preparados a la hora de girar la sinuosa carretera montañosa que nos lleva hasta el glaciar Perito Moreno, porque así, de entre la nada, aparecerá ante nosotros un gran ejemplar de glaciar kilométrico que se abre paso sin dejar de regalarnos el espectáculo de una formación continua, produciendo un efecto de sorpresa y de impagable belleza que nos dejará mudos por momentos.
Junto a este magnífico ejemplo de lo perfecta que es la naturaleza encontraremos el encantador municipio de El Calafate, donde sentirnos en el fin del mundo.
Ushuaia y Tierra del Fuego: el fin del mundo
Aunque realmente estaremos en el fin del mundo (o el pueblo que presume de ello por ser la zona más austral habitada de forma constante por el hombre) si nos desplazamos a la ciudad de Ushuaia: puerto pesquero puerta de entrada a la Antártida y al Parque Nacional de Tierra del Fuego, llamado así por los tonos cobrizos que adquieren sus bosques.
Nuevamente encontramos ejemplos de inmensidad paisajística si visitamos sus lagos (lago Escondido o lago Fagnano) o nos aventuramos a navegar el canal de Beagle.
Iguazú: la naturaleza abriéndose paso
Por último, otro de los paisajes de gran enormidad y belleza que encierra Argentina, esta vez compartido con Brasil, son las cataratas del Iguazú: 275 saltos del que destacar la impresionante garganta del diablo: 80 metros de caída apreciable desde tan solo cincuenta metros de distancia gracias a las pasarelas ecológicas situadas frente a las aguas de este caudaloso torrente, sintiendo toda la fuerza y hermosura de la naturaleza en estado puro.