¿Os acordáis de aquellos años noventa en los que afloró la moda neoyorkina? El “I Love New York” inundaba camisetas y reproducciones en vinilo, posters y cuadros del perfil de Manhattan llenaban salones y habitaciones por doquier. Después de la fiebre USA, vino la bohemia parisina y el siempre elegante Londres.
Para estos años, las propuestas han derivado de lo étnico a lo local, pero hoy os traemos un ambiente tan seductor como los anteriores: entre el cosmopolitismo de las grandes ciudades y el encanto de lo cercano y natural. No es otro que reproducir en nuestras casas el aire de la Argentina.
Desde atrevernos con las combinaciones más atrevidas de color a calzarnos unas buenas alpargatas argentinas Paez y llevar un look acorde con nuestro propósito: traer los aires de Sudamérica a nuestros pisos.
Decoración colorista y evocadora
Pensar en Buenos Aires es pensar en colores: desde los vivos rótulos de sus tiendas, desde la Casa Rosada vista desde el verdor de la plaza de Mayo, hasta esa calle que sabe a tango como es la Calle Caminito del barrio de la Boca.
Por ello, qué mejor que imprimir ese estilo jugando con los colores tal y como se hace con las casas de esta particular y reproducida mundialmente calle de la capital en nuestras habitaciones. Prueba a no hacer dominar un único color desde las paredes, pintando cada una de un color diferente sin que uno resalte más que el otro, y vístelas con cartelería a modo de las clásicas cafeterías porteñas.
Moda casual y versátil
Un estilo se lleva de los pies a la cabeza, y es ahí donde lo argentino gana con fuerza: desde sus afamadas alpargatas artesanas, resistentes tanto para aguantar el día a día de una gran ciudad como para las salidas y excursiones a las grandes extensiones de campo y montaña que nos regala este tesoro de país, hasta los sombreros de inspiración gardeliana, con la elegancia y porte que sólo los que montan a caballo son capaces de imprimir.
Espacios diseñados para lo social
Otro de los caracteres fuertes de la inspiración argentina y que podemos aportar en nuestro hogar es diseñar espacios tanto para la charla como para compartir una buena y copiosa comida.
En un salón argentino nunca falta espacio para la realización de un buen asado, hecho que podemos reproducir inspirándonos en las falsas chimeneas que nos abordaron en las décadas de los 70-80 y aportando a nuestro estilo vitalista un toque rural que nos lleve a los extensos prados de la Pampa argentina.
Lo natural frente a lo artificial
¡Olvídate de esos jarrones con flores de plástico o vacíos! Argentina lleva la naturaleza en sus venas, y si quieres transportarte al mundo de sensaciones que conlleva recorrer desde la Patagonia todos los Andes hasta alcanzar las cataratas del Iguazú, no hay lugar ni cabida para artificios.
Composiciones con fruta fresca, olores naturales realizados con popurrí de flores aromatizadas, helechos y plantas frondosas… todo toque natural que borre de tu piso la artificialidad podrá llevar el sello de calidad argentino.
