Constituída como la capital de Chile, Santiago se transformó en sinónimo de calidad de vida y fue escalando puestos constituyéndose como uno de los principales polos turísticos de América Latina.
Limitando al norte y oeste con Valparaíso, al este con Argentina y al sur con O´Higgins, Santiago de Chile supo modernizarse sin perder su esencia, conservando su armonía a pesar de ser la séptima región más habitada de latinoamérica.
Dentro de sus principales atracciones se encuentra su estilo colonial, que ofrece satisfacción garantizada para los amantes de la arquitectura; el Centro Cívico ofrece la Plaza de Armas, el poniente del Cerro de Santa Lucía y el Palacio de la Moneda, mientras que el Barrio Bellavista y Barrio de Bellas Artes resultan imperdibles, estética y gastronómicamente.
Por otra parte, el Parque Metropolitano de Santiago ofrece la frutilla del postre: el Cerro San Cristóbal, con 1785 hectáreas, y una altura de 280 metros con senderos comunicantes y jardines temáticos que culminan en la Cima, una llanura con vista panorámica de la ciudad.
Para no perderse ningún rincón de este tesoro arquitectónico será necesario recargar energía ante una travesía demandante y la capital chilena ofrece innumerables opciones de alojamiento como hoteles, cabañas, posadas y hostales en Santiago.
Valdivia tiene un ritmo frenético similar a la capital chilena siendo otra de las ciudades de mayor recepción de extranjeros del país. Ubicada a 15 kilómetros de la bahía de Corral, en la confluencia de los ríos Calle-Calle, Valdivia, Cau- Cau y río Cruces, Valdivia combina una mezcla exquisita entre cultura, actividades y atractivos naturales que la transforman en uno de los puntos más requeridos por turistas que deciden visitar el país trasandino.
La multiculturalidad será moneda corriente en Valdivia, ya que además de los orígenes Mapuches, las influencias españolas, alemanas e italianas se ven arraigadas en la arquitectura que ofrece la llave del sur. Anualmente se realizan diversos eventos artísticos y culturales como la Semana Valdiviana que se celebra durante la última semana de febrero a bordo de embarcaciones decoradas por el río Valdivia que dan paso al posterior cierre con fuegos artificiales. Otra festividad característica es la del Festival Internacional de Cine, sin dudas la más importante en materia fílmica del país la cual recibe protagonistas de todas partes del mundo.
A la hora del alojamiento, las cabañas en Valdivia serán ideales para recargar energías y siempre con la mejor ubicación para desplazarse hacia los puntos que despiertan mayor interés.