Desde la Bahía de Banderas hacia el norte de México, una sucesión de pueblos costeros conforma la denominada Riviera Nayarit, uno de los destinos playeros de moda tanto para los habitantes de ese país como para los turistas extranjeros.
Inversiones millonarias en hoteles, restaurantes, campos de golf, embarcaderos para yates y condominios de lujo le han dado a ese corredor un toque de distinción que, felizmente, no invade la riqueza paisajística y cultural autóctona. Aprovecha todos las opciones de las diferentes aerolineas para viajar hacia Nayarit al mejor precio del mercado.
La Riviera se inicia en Nuevo Vallarta, que también forma parte de la Bahía junto a Flamingos, Bucerías, La Cruz de Huanacaxtle y Punta de Mita. Luego, ya se extiende sobre el Pacífico abierto por 305 kilómetros hasta la isla de Mexcaltitán, con varias poblaciones que vale la pena visitar. Una de ellas es Sayulita, calificado oficialmente como “pueblo mágico”.
Esa denominación es otorgada como parte de un programa gubernamental que reconoce a quienes habitan allí y el trabajo que han desarrollado para proteger y guardar su riqueza cultural. En todo México hay 111 pueblos mágicos, que lo son por la fuerte influencia del pasado indígena, el legado del antiguo imperio colonial español, la preservación de tradiciones seculares y ancestrales, o porque fueron importantes lugares de acontecimientos históricos en la vida del país.
De fiesta
El centro de Sayulita es pequeño, con una calle central que desemboca en la playa y donde se advierte una presencia predominante de jóvenes, mexicanos y extranjeros. La razón es que allí las olas del mar son inmejorables para la práctica del surf. Tiene una onda “hippie chic” y así se lo promociona, aunque haya un fuerte asentamiento de artesanos descendientes de los Wixárica o huicholes, que conservan la cultura indígena y ofrecen, entre otros, bellísimos trabajos realizados en lentejuelas.
Hay en Sayulita un clima de fiesta permanente, con mucho color en las paredes y un constante desfile de chicos y chicas con sus tablas de surf bajo el brazo.
Siguiendo el camino hacia el norte, encajonado en tramos de selva con vegetación que de a ratos llega a ocultar el sol, se puede disfrutar de una playa mucho más tranquila en Lo de Marcos. Ideal para el descanso, con aguas calmas y arena fina, el turista puede relajarse pero también, si se anima, intentará montarse a una tabla con remo y practicar SUP, abreviatura de Stand Up Paddle, mientras decenas de aves de mar de distintas especies vuelan alrededor.
En ese recorrido, hay que entrar al pueblo que los mapas llaman San Francisco, pero los mexicanos conocen como San Pancho. Es un importante centro cultural de la Riviera, con fuerte oleaje en sus playas, ideal para quienes sienten el placer de enfrentarse con un mar bravío.
Mirando ese espectáculo, se puede comer en Las Palmas, un restaurante sobre la arena al que visitan vendedores ambulantes de piezas en plata a precios convenientes.
El glamour
Pero no todo en la costa de Nayarit es expediciones y aventuras. Además de las opciones económicas en cada rubro, el turismo de lujo encuentra lugares exclusivos fascinantes. Los campos de golf de Punta de Mita atraen a aficionados de todo el mundo, que pueden elegir hoteles y restaurantes de 4 y 5 diamantes. La mayoría de esos hoteles cuentan con sofisticados spa y servicios del mejor nivel internacional.
A eso hay que agregarle, en todos los casos, la cordialidad de los mexicanos, que en esta región del país han entendido que el turismo es su principal fuente de ingresos y prosperidad. Desde los vendedores callejeros, hasta el personal de los hoteles, todos muestran una disposición especial para hacer que el turista se sienta en el mejor de los destinos.
Aun en esta época de tecnologías increíbles y modernidades culturales, la música de los mariachis que se filtra en cualquiera de las esquinas de estos pueblos y ciudades nos recordará que a ese México vale la pena conocerlo gracias a las mejores promociones aereas para cumplir tu sueño de conocer la Riviera Nayarit y todas sus alternativas.